Stephanie Pozzobon nació en Caracas, Venezuela, y es Licenciada en Comunicación Social de la Universidad Monteávila, ubicada en su país natal. Tiene 23 años y actualmente está viviendo en España, en la ciudad de Valencia.
Está cursando un Máster de Organización de Eventos, Protocolo y Comunicación Corporativa, en la Escuela Internacional de Protocolo en la sede de Valencia. Además, se encuentra trabajando freelance en Marketing y Social Media Manager. Sí, estamos hablando de una joven venezolana con ascendencia italiana y con una profunda conexión hacia dicha cultura. A continuación descubriremos más sobre sus raíces y las maravillosas experiencias que han afianzado su orgullo por la civilización italiana.
Stephanie Pozzobon y sus raíces italianas
Los familiares de Stephanie que son provenientes de Italia son su nonna y su nonno por parte de su mamá. «Vienen de un pueblito que se llama Maserada sul Piave, que está en la región de Véneto», cuenta. Luego añade: «Es un pueblo bastante pequeño que está al lado de una ciudad grande que también está en el Véneto y que se llama Treviso, también Venecia, están casi al lado».
Sin embargo, sus nonnos no fueron los únicos que migraron a Venezuela, sino también los hermanos de su nonno, y «actualmente dos siguen vivos y viajan entre Venezuela e Italia».
¿Cómo recuerda su infancia?
Pozzobon, cuando era pequeña, también vivía con su nonna y su nonno. «Entonces en la casa ellos hablaban en italiano y en el dialecto de ellos que es el véneto, ya que en Italia hay distintos dialectos según la región», comenta. «En mi infancia, también iba al Club Italo Venezolano, que queda por Prados del Este (en Caracas), con mi nonna y mi nonno», recuerda. Comenta que iban casi todos los fines de semana. Su nonno jugaba bochas en el club y su nonna compartía con todas sus amigas que también eran italianas.
Asimismo, la cultura italiana que le rodeaba en su infancia la recuerda incluso en la gastronomía, ya que su nonna preparaba platos muy típicos de allá. Y en la música, porque a sus nonnos les gustaba cantar y eran muchas las canciones en italiano.
Algunas tradiciones abandonadas y otras conservadas
Habían dos hábitos que le correspondían al nonno de Pozzobon pero que, luego de su fallecimiento, se han perdido. Uno era el juego de bochas y el otro era la agricultura. «Él sembraba de todo (…) y era a él a quien le gustaba», afirma.
Otra costumbre que mantenían durante la infancia de Stephanie, se llamaba “Pan e Vin”. Se trataba de una fogata gigante que hacían cuando visitaban el Junquito (parroquia del municipio Libertador en Caracas). Ésta era considerada una gran fiesta para varias familias italianas. «Celebraban, comían… había mucha comida (risas). Pero con el pasar del tiempo no la volvimos a hacer», agrega.
Con el pasar de los años…
«Las costumbres que hemos mantenido han sido, sobre todo, la comida y que en casa de mi nonna se hablaba mucho el italiano y el dialecto de su región», cuenta. En cuanto a la gastronomía, Stephanie recuerda: «la pasta con salsa de anchoas».
En su casa, ese plato se come en Navidad -puede ser en la cena del 24 o el 25 de diciembre. Por otro lado, Pozzobon comenta que también les gustaba mucho hacer los ñoquis a mano, es decir, la pasta como tal, «todo hecho en casa».
«Además, en febrero, en época de Carnaval, se hace un dulce que se llama frittelle y es muy rico. El crostoli. Los panettones en Navidad…». También agrega que en casa de su nonna siempre había polenta.
La experiencia de Stephanie Pozzobon en Italia
Pozzobon no solo tuvo la oportunidad de visitar las Dolomitas y varias ciudades italianas (Roma, Pisa, Milán, Venecia), sino también conoció Maserada sul Piave. Este último lugar es el pueblito donde vivieron sus nonnos. «En verdad me encantó, es un pueblito bastante pequeño y también me sentía identificada por todas las anécdotas que me contaban sobre el mismo». Además comenta con entusiasmo:
«Conocí donde mi nonna y mi nonno vivieron, a sus amigos también que estaban allá y que en ese momento seguían vivos, también donde mi nonna trabajó como costurera». Este sitio es una fábrica llamada Tessitura Monti y que todavía existe en Maserada sul Piave.
«Era un lugar de reencuentro…»
Al visitar el sitio de donde proviene su familia, Stephanie Pozzobon cuenta que conoció hermanos de su nonno que seguían vivos. Es decir, familia que nunca había ido a Venezuela. Sin embargo, «mi mamá sí los conocía. Ella y mi tío sí vivieron un tiempo en Italia porque, incluso, mi nonna y mi nonno pensaron en un momento regresar otra vez a Italia», agrega.
No obstante, «la situación laboral no era favorable y decidieron regresar otra vez a Venezuela, donde sí habían oportunidades» en aquel entonces.
Entre sucesos
Hay una anécdota que Stephanie Pozzobon recalca como importante: «Cuando estábamos visitando donde vivió mi nonna de pequeña junto a sus tres hermanos -de los cuales, uno está en Australia y otro en Suiza, y a ellos no los llegué a conocer-, los vecinos salieron».
Asegura que querían saber “quién era esta gente que estaba viendo esa casa” (risas). Cuando nombraron a su nonna, la recordaron y dijeron que la conocían, que eran amigos de ella. «Es muy bonito todo, porque allí todo el mundo se conoce», afirma.
Además, los vecinos aprovecharon y le devolvieron un mantel a su nonna que ella les había prestado. «Como (sus nonnos) no fueron más a Italia, entonces no habían tenido oportunidad de regresarlo».
Las culturas que formaron a Stephanie Pozzobon
«Es como un 50 y 50 entre la cultura venezolana y la italiana», asegura. Stephanie Pozzobon cuenta que se ha sentido más identificada con la cultura venezolana, pero no solo porque su familia por parte de papá sea de este país. «Tanto mi mamá como mi tío, a pesar de crecer en una familia italiana, también uno vivió toda su vida -hasta ahora- en Venezuela». Es por esto que se adquieren costumbres que son muy venezolanas. Además, «creo que también los venezolanos tienen su chispa», expresa.
Pozzobon comenta que a sus nonnos también les pasó lo mismo. «Vivieron mucho más tiempo en Venezuela que en Italia. Entonces ya forma parte de tu día a día las personas con quienes te relacionas, el trabajo, los amigos…».
Sin embargo, la cultura italiana…
«Me gustaría seguir manteniéndola durante el resto de mi vida, porque a pesar de ser venezolana también tengo mi otra nacionalidad que es la italiana». Stephanie afirma: «Forma parte de mí (…), de mi historia, de mi familia, y de allí vengo».
Comenta que también se la inculcaría a sus futuros hijos. «A pesar de que nazcan en el país que nazcan, forma parte de su historia familiar». No solo por parte de ella sino también por su esposo, quien también es italiano. «Siento que se tienen que involucrar, porque al tener otra nacionalidad tienes que conocerla y aunque sea hablar el idioma. Saber que forma parte de tu vida y es tradición», resalta.
¡Hay que involucrarse cien por ciento!
Eso es lo que Stephanie Pozzobon le diría a todos los jóvenes venezolanos con ascendencia italiana. Una joven amorosa y apasionada por su carrera, su familia y por la cultura italiana. Sobre todo, «si tienen a sus familiares, pregunten sus historias, sus anécdotas, conozcan de dónde vienen. Creo que eso es muy importante, porque muchas veces pasa que pueden preguntarte algo y tú no lo sabes».
«También, súper importante, aprender el idioma, porque forma parte de ti, es fundamental», asegura. «Y que aprovechen al máximo si tienen a todas esas personas que vivieron en Italia y después vinieron a Venezuela con todas las anécdotas».
