Con el paso de los años, el legado de Graziano Gasparini se ha pronunciado con mayor fuerza en Venezuela. Dedicó su vida a distintos trabajos artísticos, siendo reconocido por ser arquitecto, restaurador, historiador y pintor venezolano que nació en Italia.
Los inicios de Graziano se remontan a una ciudad italiana conocida como Gorizia, al noreste del país. Cada día se levantaba temprano, agarraba su bicicleta y recorría las calles de su ciudad visitando los distintos monumentos que decoraban las avenidas. Con cada recorrido se percataba que su verdadera vocación estaría relacionada con la arquitectura.
Formación académica
La formación universitaria de Graziano Gasparini empieza en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia (IUAV); paralelamente estudió arte en la Academia de Bellas artes, en la misma ciudad. Sus primeras piezas artísticas las expone en tres galerías en Venecia y participa en el Concurso Internacional para afiches del Festival Cinematográfico de Venecia, donde se hace acreedor del primer galardón en 1948.
Graziano Gasparini y su paso por Latinoamérica
Al ganar el Festival Cinematográfico de Venecia, se le encomienda viajar a Brasil, Colombia y Venezuela para promover la participación de estas naciones en la Bienal de Venecia (el festival). Este festival se retoma cuando culmina la Segunda Guerra Mundial. No obstante, una vez que Graziano Gasparini llega a Venezuela, este se da cuenta que el país tiene un déficit de arquitectos. Por esta razón, el italiano decide quedarse en Venezuela y empezar una nueva vida.
Primeros trabajos en Venezuela
En 1949, Graziano Gasparini comienza su recorrido por el país visitando los lugares más autóctonos: recorriendo cada pueblo y fotografiando distintas casas y monumentos.
En 1953 participa en el XIV Salón Oficial (Museo de Bellas Artes, Caracas) con tres óleos, obtiene el premio José Loreto Arismendi. También fue uno de los artífices de un pabellón venezolano en Venecia, el cual es Patrimonio Mundial de la Humanidad por parte de la Unesco, por ser una obra emblemática del maestro Carlo Scarpa.
Sus trabajos como restaurador
Es en 1953 cuando Gasparini inicia distintas obras como restaurador; trayendo a la vida iglesias que fueron construidas en el período colonial. Entre sus restauraciones podemos encontrar: la iglesia de Píritu (Estado Anzoátegui, 1953), la Catedral de Coro (Falcón, 1957), el Templo de Obispos (Barinas, 1958), el Templo de Santa Ana (Falcón, 1959) y la iglesia de Santa Ana (Nueva Esparta, 1963).
Estas restauraciones le dieron la oportunidad de tener mayor alcance internacionalmente, teniendo reconocimiento por la UNESCO y desarrollando proyectos en Colombia, Bolivia, Perú, México y Guatemala.
Del arte a la docencia
Durante su época como restaurador, decide también dedicarse a la docencia, ejerciendo como profesor universitario en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (UCV). En esta universidad dictó clases de Historia de la Arquitectura Prehispánica y Colonial de Iberoamérica. Pero fue en 1963 que abre las puertas al Centro de Investigaciones Históricas y Estéticas de la FAU de la UCV hasta 1980.
En 1971 crea las cátedras de conservación ambiental y restauración de monumentos e introducción a la crítica de la arquitectura.
