Venezuela se ha caracterizado por ser un país que alberga grandes riquezas culturales y naturales. Hoy les traemos un lugar emblemático de nuestro país, que fue desarrollado por un genio de la arquitectura italiana para una pareja un tanto excéntrica. En esta oportunidad indagaremos en la historia de la Villa Planchart.
También se le conoce como “Quinta El Cerrito”. Esta residencia fue construida por el arquitecto italiano Gio Ponti en Colinas de San Román, Caracas, entre 1953 y 1954. Este fue un encargo especial que hizo Ponti para una joven pareja y, años después, se convirtió en un punto de referencia del arte en Venezuela.
Los cimientos en que nació la Villa Planchart
La década de los 50 fue un periodo de surgimiento para Venezuela. ¿Por qué? En aquel entonces el país estaba viviendo un enorme crecimiento gracias a la explotación del petróleo. Pero, debemos acotar que en aquella época se vivían tiempos muy turbulentos, y varias de estas construcciones se hacían con la intención de opacar el panorama que vivía el país.
El mandato de Marco Pérez Jiménez recibió a distintos inmigrantes, muchos de ellos terminaron trabajando en varias de estas obras que fueron diseñadas para ocultar el duelo de toda una nación. En esta lista fácilmente podemos mencionar al Hotel Humboldt, el Centro Simón Bolívar y las Torres del Silencio. Aunque Venezuela vivía bajo un régimen dictatorial, sin duda alguna el país estaba pasando por un progreso cultural, donde se desarrollaron grandes proyectos.
Gio Ponti y sus lazos con Venezuela
En su momento, Gio Ponti no tenía idea de que desarrollaría una de las viviendas más impactantes de Venezuela, con una fusión de arte moderno de la época. En su carrera ha proyectado diversas creaciones arquitectónicas, como lo es la Torre Pirelli y la Torre Rasini (Milán, Italia); como también destaca el Denver Art Museum.
El proyecto de la Villa Planchart surge a raíz de la revista que fundó Ponti, “Domus”. Gracias al impacto que tuvo la revista, una pareja de coleccionistas de arte, Anala y Armando Planchart, se comunican con Gio Ponti para desarrollar juntos un nuevo proyecto.
Del concepto a la obra maestra
La pareja había adquirido un terreno de 6.000 metros sobre una colina con una deslumbrante vista de Caracas. A partir de aquel terreno, los Planchart decidieron viajar a Milán en busca de Ponti para que les diseñara su nuevo hogar. “Fuimos a ver a este arquitecto porque nos gustaba todo lo que aparecía en la revista Domus, y él era el director”, explicó Anala en una entrevista recogida en una cinta de la Escuela de Cine Documental de Caracas.
Los Planchart deseaban que Ponti desarrollara su villa bajo unos estrictos criterios. Ellos querían plasmar un estilo vanguardista y, al mismo tiempo, moderno; muy parecido a los estilos que publicaba la revista Domus. En un principio el proyecto no captó el interés de Ponti. Pero, la personalidad carismática de Anala y su criterio fueron suficientes para cambiar la concepción del arquitecto.
La visión de los Planchart
Los coleccionistas querían una casa moderna, “que no tuviera muros para que pudieran apreciar la montaña”, y así fue. Ponti describió aquella construcción como “una mariposa en una montaña”. Inclusive, la revista Vanity Fair afirma que la “Villa Planchart es la transposición de un sueño de Italia pero en la vegetación tropical de Venezuela”.
La casa de los Planchart es una joya arquitectónica de Venezuela. Todo está hecho a la medida. No es muy grande ni ostentosa, es una vivienda la cual su acabado trae recuerdos de la época dorada de Venezuela. Sus interiores están decorados con trabajos de Matisse, Calder, Armando Reverón, Picasso y un tapiz de Joan Miró.
El legado de los Planchart
La construcción terminó en 1957, actualmente permanece como la sede de la Fundación Anala y Armando Planchart. Hoy por hoy, la fundación ofrece a muchas personas la oportunidad de visitar la Villa Planchart, así pueden gozar de su galería de arte y bellezas naturales en sus alrededores.
Podemos concluir en que la Villa Planchart se presenta como un canvas lleno de muchos colores, el cual viste la hermosa ciudad de Caracas. De esta forma, Ponti deja en la ciudad capital lo que él mismo denominó como su obra maestra, una hermosa arquitectura que en su interior deslumbra con muchos obsequios para la humanidad.
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