Daniel Scotto es un apasionado por la cultura italiana. Es venezolano con ascendencia italiana y actualmente reside en Chile. En su país natal, trabajó varios años en una empresa pero decidió renunciar para irse a vivir a Italia; allí tuvo la oportunidad de conocer el país y su cultura de manera directa.
A finales del 2014 regresó a Venezuela, y el 02 de marzo de 2016 emigró a Chile junto a su familia. Allí surgió la decisión de fundar el primer centro médico de venezolanos en Chile: Especialidades Médicas MediPRO. «Con una carga de humanidad representada por cada uno de nuestros médicos y personal administrativo».
Daniel Scotto y su historia familiar
Scotto, con detalle y dedicación, nos compartió esta inspiradora historia: «Mi nonno se llamaba Clemente Antonio Scotto Bottino. Nació en el Piemonte en 1879, en Crescentino. En una familia campesina». «En 1886 ganó un premio de primer lugar en la escuela». A su vez, comentó que su padre aún guarda esta placa con alegría.
Durante la década de 1890, toda la familia emigró hacia Argentina, a la provincia de Santa Fe. «Había una zona de avanzada de migrantes provenientes del norte de Italia especialmente del Piemonte». Además, fue en este país donde estudió topografía (agrimensura). «Fue muy dedicado en el área social», agregó.
Durante la Primera Guerra Mundial
«En el año 1914, en torno a la Primera Guerra Mundial, se convirtió en un activista por la liberación del norte de Italia que en ese entonces estaba ocupado por el Imperio Austrohúngaro», continuó Scotto.
«En el año 1916 viajó a Italia y se alistó como voluntario para ir a la guerra en la zona del Trentino, donde resultó prisionero de guerra por el Imperio Austrohúngaro. De hecho, hay algún telegrama que aún conserva mi familia (firmado por la croce rossa)».
Daniel Scotto
Este último fue enviado por un Conde en el que indicaba “il soldato Scotto Clemente, figlio di Crescentino Scotto e Magdalena Bottino era stato incontrato in salute (Clemente Antonio Scotto Bottino)”. «Se encontraba bien de salud», agregó.
¿Y qué sucedió luego?
«Cuando hubo el canje de prisioneros, regresó a Italia, a Vercelli, donde le fue entregado un documento de pasaporte interno y decidió regresar a América. Gracias a que participó como voluntario, el gobierno de Italia pagó su boleto en barco».
El señor Clemente Scotto llegó a La Guaira (puerto de Venezuela), en agosto del año 1919. Se instaló en Caracas y, Daniel indicó: «Comenzaba una era de construcción para mi abuelo, quien se asoció con un ingeniero (formalizando su empresa). Previo a eso, compró una mina de arena, por lo que comenzó a construir».
Obras que realizó Clemente Scotto
Daniel Scotto resaltó: «Entre algunas de las obras de mayor impacto realizadas están: casas en La Guaira, una refacción de la casa Guipuzcoana (que todavía se conserva), el Leprocomio de Cabo Blanco en el Litoral (un lugar especial para los leprosos, que estaba ubicado detrás del aeropuerto), la iglesia de Campo Alegre. Y, de manera particular, el Puente Bolívar en Barcelona, entre otras obras», añadió.
Pero su historia no acabó allí
«En 1934 sufrió una caída en la que se fracturó la pierna. Buscó espacio para el descanso y reposo, encontrando atención en la posada de la Señora Susana Armas de Domínguez, es acá donde conoce a Ligia Domínguez (mi abuela)».
En ese mismo año se casó con su abuela y zarparon en la embarcación ‘Vapor Holandés’, que los llevó desde Guanta hasta La Guaira (Venezuela). «Allí se establecieron, tuvieron 3 hijos (el primero murió a los tres años), y los otros dos vivos a la fecha», agregó. Siendo su padre uno de ellos.
Desde la mirada de Scotto, su nonno «fue un hombre vinculado al trabajo, esforzado, constante y disciplinado». Recordó la frase: «Siempre se puede sacar más de uno…”», para luego comentar que su nonno nunca más volvió a Italia, y murió cuando su padre tenía apenas ocho años.
Impresiones sobre la historia de su nonno y su paso por Italia
Mientras relataba cada detalle, comentó con mucho orgullo y respeto: «Es una historia, para mí, increíble. (…) de valentía, romanticismo, trabajo, constancia y familia. Siento que, no solo me representa pleno, sino que es parte de los cimientos de mi vida».
Daniel, en el año 2013, decidió vivir en Roma, Italia. Fue a Crescentino en tres oportunidades para encontrarse con sus familiares de Italia, «quedan los vínculos por parte de la familia Bottino», añadió, y aseguró que fue un encuentro maravilloso. Además, comentó que, actualmente, están tramitando la nacionalidad de su esposa, y enseñando a sus hijos.
La cultura italiana como protagonista en su camino
Una de las virtudes que ha heredado Daniel Scotto de su ascendencia italiana es la cultura de trabajo. «Mi nonno, a quien honro su vida, fue un hombre decidido y trabajador, empeñado en las tareas que asumió», comentó. Daniel también compartió una frase de su abuela (QEPD): «El mérito del trabajo está en terminar la obra». Entre otras frases que hoy usa como referentes en su vida, en especial una más trabajada luego por su padre: «Siempre se puede más y siempre se puede mejor».
En definitiva, su abuela, una mujer aguerrida, también fue un ejemplo a seguir para Scotto. «Siempre la recuerdo con mirada profunda, a pesar de que compartí muy poco con ella, no era una mujer frágil», agregó.
¿Ha tenido acercamientos a la cultura italiana en Chile?
«Lamentablemente he tenido muy poco acercamiento por ahora. Los primeros tres años me transcurrieron tratando de obtener mi visa y la de mi familia; era el plan, era un paso fundamental para estabilizarnos, bancarizarnos, independizarnos de los tiempos y procesos migratorios», explicó.
«Luego, pasamos a la fase de ejecución o puesta en marcha de MediPRO y en el primer aniversario del centro médico, ocurrió el estallido social (18 de octubre de 2019), y luego la pandemia nos cambió algunos ritmos». Sin embargo, Scotto aseguró que una de las metas del próximo año 2022 es establecer un acercamiento más estrecho. «Actualmente estamos solicitando la nacionalidad de mi esposa y tramitando el registro de mi tercer hijo».
Su sentir sobre la cultura italiana
Con respecto a la cultura italiana, y con mucho entusiasmo, Scotto afirmó: «A mí me encanta, me mueve. Me apasiona la pasión con la que el italiano ama su tierra, su cultura». También agregó que, cuando vivió en Italia, pudo percibir que esto último ha cambiado mucho.
«Hasta podría decir que hay dos tipos de italianos; el que vive la pasión por Italia desde el exterior y el que por estar dentro está muy sumergido en el día a día y no logra ver la maravilla de país que tiene», añadió. «Pero eso nos pasa a todos los migrantes del planeta. Es una condición humana, se tiende a valorar más lo que no se tiene. Le pediría al lector que haga un ejercicio sobre: ¿cuánto valora lo que tiene y qué es lo que más extraña?», concluyó, regalándonos esta brillante vista a una nueva manera de presenciar la vida.
